Un ciclista circula cerca del volcán Turrialba, a unos 40 km al este de San José durante el tercer día de la carrera "Route of Conquerors", el 16 de noviembre de 2007. Costa Rica estaba pendiente el 6 de enero de 2010 de las emanaciones del volcán Turrialba, un coloso de 3.328 metros de altura situado a 40 km al este de San José, que la víspera empezó a escupir ceniza.
Un ciclista circula cerca del volcán Turrialba, a unos 40 km al este de San José durante el tercer día de la carrera "Route of Conquerors", el 16 de noviembre de 2007. Costa Rica estaba pendiente el 6 de enero de 2010 de las emanaciones del volcán Turrialba, un coloso de 3.328 metros de altura situado a 40 km al este de San José, que la víspera empezó a escupir ceniza.
Costa Rica estaba pendiente este miércoles de las emanaciones del volcán Turrialba, un coloso de 3.328 metros de altura situado a 40 km al este de San José, que la víspera empezó a escupir ceniza que ha llegado cerca de la capital, provocando la evacuación de unas 50 personas.
La Comisión Nacional de Emergencia (CNE) elevó este miércoles el grado de alerta de 'verde' a 'amarilla' en la zona aledaña al volcán y dijo que se harán análisis científicos a las cenizas para determinar sus posibles efectos en la salud de la población y de los animales.
Medio centenar de personas han sido evacuadas hasta ahora a albergues de emergencia, además de una variedad de animales desde predios agrícolas, dijo la jefa de la CNE, Vanessa Rosales.
"Se está subiendo el nivel de alerta de verde a amarilla", dijo Rosales, en una conferencia de prensa en la Casa Presidencial, en la que admitió que por el viento "ya está empezando a llegar algún tipo de cenizas" del volcán cerca de la capital.
"Se mantiene la actividad sísmica intensa pero baja" en el cráter, dijo Rosales, agregando que inicialmente fueron evacuadas las personas que vivían en un radio de 3 km del volcán, pero con la alerta amarilla se ampliará a unos 5 ó 6 km.
Además, la CNE decretó alerta verde en algunos cantones de la provincia de San José, más alejados del Turrialba, que estaban recibiendo cenizas debido al viento.
Según la CNE, "no se observan emanaciones importantes" aunque existen difíciles condiciones en la zona por la niebla y la caída constante de una lluvia leve que impide el fácil traslado del personal hacia los distintos sitios cercanos al volcán.
Un equipo de expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica y la Red Sismológica Nacional llegó la mañana de este miércoles para analizar el material que emana de su cráter, cubierto por una espesa niebla, y determinar su comportamiento y las perspectivas para el futuro.
"Van a inspeccionar el tipo de material que está cayendo", dijo a la AFP el portavoz de la CNE, Reinaldo Carballo, lo que permitirá determinar "la procedencia (de la ceniza), en la columna del volcán" y saber si este coloso ha entrado en erupción de magma, lo que no ocurre desde 1866.
Desde entonces, su actividad se había limitado a fumarolas, la última de ellas en diciembre de 2007.
La CNE declaró la alerta amarilla en el cantón de Turrialba, donde viven unas 80.000 personas, y ha instalado en La Pastora, a unos 8 km del volcán, un centro de coordinación con miembros de las diferentes instituciones de primera respuesta y equipo de radiocomunicación.
Los cuerpos de socorro enviaron a la zona plantas generadoras, torres de iluminación, tanques de agua, equipo de oficina, cilindros de gas, tiendas de campaña, cocinas industriales, pañales, baterías, mascarillas, gorras o capas.
Por eso, algunas de las recomendaciones que hace la CNE es sellar con cinta aislante las ventanas, cerrar puertas y poner trapos húmedos en los umbrales y otras entradas de aire, colocar filtros en el sistema de drenaje, proteger el equipo electrónico y evitar grandes acumulaciones de ceniza en los tejados.
En caso de que haya ceniza en el agua, hay que dejarla sedimentar antes de usar el agua limpia, así como lavar bien los vegetales y usar aspiradoras para limpiar el polvo generado en vez de trapos ya que puede ser abrasivo.
Del más del centenar de volcanes que jalonan el territorio costarricense, solo cinco están activos. Además del Turrialba y su vecino Irazú, se trata del Rincón de la Vieja, el Arenal y el Poás, estos últimos entre los mayores atractivos turísticos del país.